LA TRIPLE CORONA

La Triple Corona

Lo más probable es que haya muchos lectores que no conozcáis en que consiste este logro. Con esta denominación se reconoce a los pilotos que han sido capaces de ganar el Gran Premio de Mónaco de F1, las 24h de Le Mans y por último y para muchos la más difícil, las 500 millas de Indianápolis en la IndyCar. Graham Hill ha sido, hasta el momento, el único piloto capaz de alcanzarlo. Lo consiguió allá por el año 1972 cuando alcanzó la gloria en el trazado francés, completando así la única victoria que le faltaba (había ganado previamente 5 veces en Mónaco y 1 en Indianápolis en 1966).

Que solo lo haya logrado un piloto en toda la historia da una idea de lo difícil que es conseguir este éxito y, digámoslo también, la suerte que hay que tener. Por todo esto el reto que se propone Fernando Alonso tiene aún más mérito si cabe, jugándose el hacer incluso el ridículo debido a la poca experiencia que tiene en ese tipo de monoplazas y en el tipo de circuito, el famoso óvalo americano. 

La noticia de que Fernando decidiera correr la legendaria carrera no dejó indiferente a nadie en el mundo del motor, creando opiniones de todos los tipos tanto en pilotos de la Indy como en los de las carreras europeas (manera en que los americanos conocen la F1). Alonso ha conseguido de este modo  distraer la atención que tenía todo el mundo en sus resultados en F1, y de paso quitar importancia a un tercer título mundial, para dársela a algo a otro nivel, algo por encima de finalizar cada carrera o arañar un par de puntos, algo que deja en evidencia a los pilotos más importantes de la F1, algo que es propio de un piloto que quiere convertirse en una leyenda. Y este hecho saca a relucir otra gran maniobra del piloto asturiano, pasando de estar en boca de todos los medios por los fracasos y problemas técnicos de su coche a ser conocido como el piloto que quiere la triple corona, el reto más difícil del mundo del motor.

Droprod

Graham Hill en su coche de la Indy 500